21 julio 2020
Desde hace años, el objetivo que persigue el sector de la automoción ha sido mejorar el rendimiento de los vehículos y reducir el consumo mediante la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera. La estrategia llevada a cabo a lo largo de los años ha sido la de aligerar el vehículo, interviniendo sobre los materiales que lo componen. La tendencia hasta ahora ha sido el uso del aluminio por sus características mecánicas y físicas, por su reciclabilidad y ecosostenibilidad, así como por su conveniencia económica en comparación con otros metales.
En la actualidad, el reto consiste en reducir aún más el peso total del vehículo mediante la sustitución de componentes metálicos por piezas de plástico. La sustitución de metales en el sector de la automoción requiere conocimientos y habilidades de los que no todos pueden presumir. Stagnoli acaba de afrontar y superar un reto que parecía como mínimo arduo: sustituir los soportes y poleas de aluminio de un sistema de manipulación para cubiertas de pick-up por material plástico de alta ingeniería.
El diseño, la calidad, el conocimiento y la tecnología han permitido a Stagnoli superar el desafío y reemplazar con éxito los componentes de aluminio por piezas de plástico de altas prestaciones. Para cada tipo de componente, se eligió cuidadosamente el tecnopolímero más adecuado, prestando especial atención a las condiciones del entorno (estrés, temperaturas de trabajo, etc.). Los resultados obtenidos han vuelto a dar la razón a la empresa de Lonato (BS), demostrando que no es un simple proveedor de componentes de tecnopolímero y piezas de transmisión, sino un socio que participa activamente, desde la fase de diseño hasta la optimización de la producción del cliente.
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